A la hora de instalar depositos de agua potable para el abastecimiento de nuestro hogar, debemos considerar una serie de factores imprescindibles, ¡toman nota!
Demanda necesaria
Lo principal a tener en cuenta para instalar un depósito de agua en casa es la demanda que necesitamos y la capacidad del propio depósito para reponerla.
Por lo general, los depósitos de agua enterrada suelen poseer un mínimo de 8 a 10 metros cúbicos (8000 o 10 000 litros) y, los aéreos, 4 o 5 (4000 o 5000 litros).
Por tomar una referencia, durante un año en un hogar se suelen consumir sobre unos 21 metros cúbicos de agua (21 000 litros), por lo que debemos preverlo para no acabar sin reservas.
Estos tamaños suelen ser los habituales para hogares habitados por 4 o 5 personas, pero para hoteles o riegos necesitaríamos depósitos con mayores capacidades.
Salubridad
Es otro de los factores a considerar.
En general, cuando el agua permanece estancada en un depósito puede contener bacterias e insectos que producen infecciones.
Por esta razón se deben aportar sustancias químicas desinfectantes como el cloro, pero en cantidades pequeñas y cada cierto tiempo, a nuestro depósito. Además, como mínimo una vez al año se deben vaciar los depósitos y limpiarlos.
¡Nota!
Esto se debe hacer tanto en los depósitos enterrados como en los aéreos.
Materiales del depósito
Normalmente, en el mercado se encuentran dos tipos de depósitos:
Los prefabricados
Los que utilizan materiales de plástico
Habitualmente, los depòsitos se suelen fabricar en su totalidad en poliéster o derivados del plástico.
Si quieres contar con un depósito en tu casa, no dudes en contar con nosotros, te ayudaremos en todo lo que esté en nuestra mano.